jueves, 5 de mayo de 2011

Entre verdades

En la cumbre terrena de mi vida,
una estrella guiaba mi sentir;
y la luna nunca vio mi despedida,
de tu cielo jamas pude partir.

En nuestras vidas solo hubo la distancia,
en lo físico, más no en lo sentimental,
este amor siempre mantuvo la fragancia
y la dulzura de lo que ha de perdurar.

Es la gloria el saberte solo mía
y la dicha poderte contemplar;
he añorado tus caricias cada día
y tus besos en cada despertar.

Ha sido como llegar al cielo,
que un solo cuerpo pudiéramos formar ;
que tu pelo se enredara entre mis dedos
y mis labios tu aliento disfrutar.

Hay en ti y en mi tanta ansiedad,
por el amor que juntos conocimos;
y es por eso que como una tempestad,
como furia de mar nos envolvimos.

Muy sedientos de amor y de caricias,
todo el agua de este amor juntos bebimos;
sin importarnos el tiempo, sin prisa,
entre sabanas dos locos de amor fuimos.

Dos locos si, desesperadamente amándonos,
como sólo amarnos podríamos tu y yo;
con la caricia más sutil, despedazándonos
con el rose más suave muriendo de pasión.

Y así, nuestra tarde de amor fue transcurriendo
casi un siglo parecía y fue tan poco en verdad;
más que deseo y pasión de amor estaba ardiendo
pues fue más grande el amor que la ansiedad.

Demostrar que mi amor ha sido tuyo,
desde siempre, para siempre, sólo de ti;
con el llanto derramado con orgullo
de quien te ama y por ti quiere vivir.

Esos momentos tan maravillosos,
ni un instante apartar puedo de mi;
me has llenado de ti, ¡Que hermoso!
soñarte calma mi ilusión y frenesí.

A.J.Pals

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