Y es que las noches me piden que te quiera,
que anhelante prosiga en contemplar;
la sonrisa que forma mi quimera,
en la dulce esperanza de tu andar.
Y es que el día amanece con mis sueños
y el agrado de tu dulce sonreír;
pues cada uno trae de ti lo bueno,
provocandome en mí otro sentir.
Un mañana innovador que me hace frente,
para hacerme vivir en tu esplendor;
que me quita de las manos limpiamente,
lo que es todo, lo que es tuyo en rededor.
Y de anhelos que se forjan en miradas,
las que quiere el corazón te diera yo;
que me faltan en noches enmascaradas,
como falta junto a mi tu ensoñación.
A. J. Pals