miércoles, 4 de mayo de 2011

Continuando

Desde entonces sus refugios,
nos han podido ayudar;
a calmar la sed sin agua
a borrar la soledad.

Pero el amor verdadero,
en nuestro se quedó;
¡Mi vida, cuanto te quiero,
cómo te adora mi amor!

Mis penas, mis amarguras,
más me acercaban a ti;
tus besos y tu ternura
siempre las tuve yo en mi.

El corazón que me tienes,
que fiel ha sido a tus ansias;
dí por favor que me quieres,
que este amor en ti descansa.

Yo sé cuanto tú me quieres,
mas, quiero oírlo de ti;
mi corazón lo prefiere,
no puedo vivir así.

A.J.Pals

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