miércoles, 8 de junio de 2011

Tu llegada

Has llegado a nuestras vidas,
con la noble misión de darnos dicha;
con tu cara repleta de ternura
y unos ojos que parecen piras.

Inocentes tus manitas,
de acariciarlas no dejo;
y aún siendo pequeñitas,
me dan la gloria del cielo.

Lo deseaba tanto, tanto,
que vinieras, que llegaras;
que tú nacimiento, hija
hizo que mis ojos lloraran.

Loca me tienes la vida,
como con nadie ha ocurrido;
no me aparto de tu risa,
tu mirar se va conmigo.

Ansioso siempre estoy de verte,
de mirar cuanto sonríes;
y entre mis brazos tenerte,
para que en mi amor confíes.

Rejuveneciste mi alma,
quiero contigo estar siempre;
llenar tu mirar en calma,
por conocer lo que sientes.

Y darte mil bendiciones,
que son traídas del cielo;
para guiarte los caminos,
aunque me cueste el desvelo.

Ay vida! Por fin llegaste,
las gracias le debo al cielo;
pensar que ni con la vida,
esta deuda saldar puedo.

Renunciar a todo, lo haría,
si así un día me exigieran;
por llenarte de alegría,
hasta la vida yo diera.

Eres como te soñara,
como tanto te quería;
con manitas que volaran,
cerca de la cara mía.

A veces te digo beba,
otras tantas mi dulcito;
pero mientras mi alma pueda,
yo seré tuyo todito.

Nunca faltará mi canto,
ni esa palabra de aliento;
porque tan tuyo soy yo,
como es el aire del viento.

Noches enteras me paso,
pensando en tu grácil carita;
cuando estás en mi regazo,
la ansiedad de mi se quita.

Imagino tus mañanas,
tus noches y atardeceres;
sonriéndote en la ventana,
solo esperando que llegue.

A.J.Pals

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