Llenas de dicha infinita,
de sonrisas y alegrías;
fue tu llegada bendita,
como las horas del día.
Todo brilla en rededor,
como lucero del alba;
eres como el mismo sol,
para aquellos que te
aman.
Eres caricia y ternura,
que bien sabes expresar;
lentamente y sin premura,
mil pasos ya quieres dar.
Hay en mi pecho a tu
encuentro,
ni soñadas sensaciones;
quiero que en todo
momento,
recibas mis
bendiciones...
A.J.Pals
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