Hace mucho, mucho tiempo |
En una plaza de mi
pueblo,
Miranda por nombre tiene;
Ha sido el lugar perfecto
Para aquel que va o
viene.
Se miran rostros
humildes,
Rostros vivaces, alegres;
Uno que otro que se
rinde,
Otros hechos por
orfebres.
Niños que corren o
juegan,
Hombres que damas
observan;
Parejas que amor no se
niegan,
Otras que un adiós se
entregan.
Transcurren así muchas
horas
Unos llegan y otros van;
Unos sus cuerpos decoran,
Pues de conquista hay
afán.
Para otros es tan solo
travesía,
Muchos descansan camino;
Pues de tanto duro andar
Se les ha cansado el
ritmo.
Esquinas que son de
beodos
Y espacios que de
estudiantes;
Unos que esconden un
lloro,
Pero siguen adelante.
Se suman a la gran lista
De los que allí
estuvieron;
Aunque no quedaron pistas
Recuerdan que así lo
hicieron.
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