Amaneceres melosos,
cálidos, llenos de gloria;
que nos habla de otra noche,
que contará nuestra historia.
En cada entrega inefable,
dos cuerpos que ya son uno;
van pasando de lo amable,
hasta el sentir más profundo.
Suspiros, mimos, caricias,
gemidos tan palpitantes;
hacen como si en la brisa,
no existiera algo galante.
Pero es que es tanto el furor,
tanta la pasión ardiendo;
que en el clímax del amor,
se siente como renaciendo.
Y conmemora en perfumes,
aromas del bien gozado;
dos cuerpos que se funden,
de placer acorralados.
Que se gritan sin palabras,
que añoran un nuevo encuentro;
que transmontando las bardas,
buscan algo suculento.
Hembra destilando amor,
sorbiendo aromas cual lienzo;
en sabanas donde el calor,
no le hizo espera al momento.
(A mi Àli, mi esposa)
(A mi Àli, mi esposa)
A.J.Pals
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