¿Pero si olvido mi soñar con qué me quedo?
Si el soñar lo aprendí allí en tus ojos;
en esas manos de suave terciopelo,
en tu regazo, a través de tus sonrojos.
Acariciabas en ellos tal grandeza,
que soñabas también junto a los míos;
convirtiendo en derredor la fortaleza,
que cuidaba el mantener los bríos.
Como soles tus ojos expectantes,
siempre atentos, brillando ante lo nuevo;
veías que en cada uno lo galante,
semejaba la llegada de lo bueno.
Mas, de pronto volví a soñar a solas,
grandes sueños, como siempre junto a ti;
y así como golpean las olas,
como espinas que hieren mi vivir.
Persevero en mi empeño de incluirte,
es que nada me hará desfallecer;
no habrá sombra que aun al despedirte,
le impida a mi amor reverdecer.
Por nada dejaré detrás mis sueños,
al despertarme serán la realidad;
si se escapan algunos del intento,
más intenso le haré resucitar.
A.J.Pals
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