lunes, 4 de noviembre de 2019

Nuestro encuentro

Hoy ha sido diferente mi amanecer,
al despertar, fijo en mi había un recuerdo;
lo más bello me ha podido suceder,
lo más tierno que imaginar puedo.

La caricia más sutil por mi sentida,
como fresca agua de manantial;
como aliento que devuelve vida,
como la lluvia lo es para el trigal.

¡Que alegre despertó mi corazón!
así, como hace tiempo no reía;
porque el tuyo con amor lo revivía,
con el beso de ternura y comprensión.

¡Que dicha tan grande yo siento!
hoy sé que es mio tu amor;
y tu vida, tus sueños, tu aliento,
todos pertenecen a mi inspiración.

Con humilde suplica miré tus ojos,
que tanta gloria a mi ser han dado;
como pidiéndole a tus sonrojos
el dulce beso tan añorado.

Y ya mis labios no resistían
las locas ansias de que pasara,
lo que mi alma a gritos pedía;
que al fin tu boca me acariciara.

Y tomando fuertemente tu mano entre las mías
acerqué tus labios a mis labios;
y como vez primera, como niños a escondidas,
largamente nos besamos sin agravios.

Aún tengo sed de tus besos,
besos que siempre están en mi;
besos que tanto había llorado
y que ahora más amor me hacen sentir.

Como copla de marino errante,
que resuena en el eco del mar;
mis memorias me dicen que anhelante
fe demuestre en volver a comenzar.

Y te quiero con amor desesperado...
Con el amor sin fin;
como quiere la vida el condenado,
en tus brazos yo tengo que vivir.

Se humedecen mis ojos de alegría,
cuando rozo mis labios que te aguardan;
pues con ello yo siento vida mía,
que más y más nuestro amor se agranda.

A.J.Pals

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