miércoles, 27 de abril de 2011

Décimas de ensueño

En un soñar que castiga la indolencia,
duele el no verte y darte amor aun así;
como si al hacerlo terminara el frenesí
como la pasión que responde con violencia
animando a que muy pronto tu presencia,
haga un cambio comparando a la virtud
como quién tiene por siempre juventud
y en un continuo vivir se sigue dando
porque con vivir y morir soñando
va recreando en su lugar tu esencia.

Evocando sueños idos, tu fragancia,
contagiando todo aquello de tus besos;
que cercenan despedidas y regresos
tan sólo con amarte con constancia
que no asoma en el tiempo la distancia,
ni se apaga al terminar glorioso el día,
como ola estás allí cual melodía
como el aire estás allí sin que se vea
pues no es menos aquel que fantasea
con un amor que le llena de confianza.

Y me eximo de mirarte un poco menos
y es que verte sigue siendo mi alegría;
pues el verte resplandece el alma mía
de más ansias y de inconcebibles sueños,
de los que brotan sólo del empeño
los que se alejan del desmesurado llanto,
que te mencionan cual si fueras canto
o la poesía que quedó en el tiempo,
que se apresura, que detiene el viento
que me acaricia cuando así nos vemos.

A.J.Pals

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