sábado, 7 de enero de 2012

Quiero ser tu puerto y tu morada,
esa sombra que cobija tu calor;
quién te quita la sed que acalorada,
se convierte en el más puro amor.

Te miro en nuestra luna fulgurante,
fiel espía de intensos amaneceres;
y con rostro colorido y parpadeante
es reflejo de lo mucho que me quieres.

Y en las sombras de la noche mi mirada,
se apacigua en el silencio de mis besos; 
pues tu eres y es por siempre la buscada
en la vigilia, la distancia o el regreso.

Y se harán de besos invaluables,
de caricias que son de gran fortuna;
las miradas de amor son invariables,
cada noche y pasión, como ninguna.

Te amo más y más a cada instante,
aunque deba conservarlo en el silencio;
pues es ese amor que vive palpitante,
que no se rinde aun ante el desprecio.

A.J.Pals

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