jueves, 10 de mayo de 2018

Almas fundidas

Me atrapaste en la vereda de tus besos,
entre esquinas jugueteabas con mis labios;
Y sin saber que vendría luego de eso,
absorbí el aroma de tus nardos.

Llevé en mi piel, tu piel, esa fragancia,
ese aroma de hembra incontrolable;
no me dejó dormir la cruel distancia,
ni el anhelo de un instante inalcanzable.

El despertar mantuvo en mi recuerdo,
las caricias, los besos de la noche;
por sentirlos otra vez mis labios muerdo,
y es tu sombra la voz que no se oye.

Caminaba con mis ansias, cabizbajo,
acelerando el paso de las horas;
sobre pasos que quizá ya había trazado,
preguntándome si tú también me añoras.

Transcurre el tiempo, que agonía...
verlo pasar, pausado, quieto;
sólo esperando que acabara el día,
para sentir de nuevo tus besos.

Al fin, como suave caricia de miradas,
vienes a mi, me abrazas tanto;
fundidas en una, almas enamoradas,
de tanto amor parece que brotara llanto.

Y este nuevo desborde de pasiones,
cual si fuera amor de adolescencia;
deja anclado en nuestros corazones,
un borrón donde estaban las carencias.

A.J.Pals

1 comentario:

  1. Me gusta saberte suave,
    esponjoso como un árbol,
    tierno como la tierra húmeda.

    Turbulentos torbellinos de plenitud
    trepan por mi cabello y mi cara;
    desde mi cintura, tus manos
    sujetan las riendas de mi vida.

    Siento tantas ansias de rozarte
    que no puedo concebir mi mundo
    sin derretir tu esencia entre mis piernas.

    ¿ No comprendes que para mí es el alma
    la que crea, la que abraza y tantea
    en lo oscuro,
    la que caza sueños inoportunos,
    la que te observa?

    Tenerte es saber que existes
    y que aún brota en ti el deseo.

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