Quiero ser tu puerto y tu morada,
esa sombra que cobija tu calor;
quién te quita la sed que acalorada,
se convierte en el más puro amor.
Te miro en nuestra luna fulgurante,
fiel espía de intensos amaneceres;
y con rostro colorido y parpadeante
es reflejo de lo mucho que me quieres.
Y en las sombras de la noche mi mirada,
se apacigua en el silencio de mis besos;
pues tu eres y es por siempre la buscada
en la vigilia, la distancia o el regreso.
Y se harán de besos invaluables,
de caricias que son de gran fortuna;
las miradas de amor son invariables,
cada noche y pasión, como ninguna.
Te amo más y más a cada instante,
aunque deba conservarlo en el silencio;
pues es ese amor que vive palpitante,
que no se rinde aun ante el desprecio.
A.J.Pals